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El empleo de la teoría de las Relaciones Internacionales para analizar la política exterior de China puede ser considerado un esfuerzo en vano, habida cuenta que las peculiares notas características de esta nación la ubicarían fuera del alcance de toda teoría general aplicable a la mayoría de los Estados. No obstante, pese a su singularidad, China ha sido por siglos un actor del sistema internacional y por lo tanto ha estado sujeta a sus inherentes dinámicas al igual que los demás Estados. Reconocer a China como diferente, y por ello fuera de las circunstancias históricas, políticas y económicas de la humanidad, significa excluir factores sistémicos que son cruciales en todo análisis internacional, particularmente si nuestro análisis se concentra en la política exterior china de fines del siglo XX y principios del siglo XXI.

A pesar de que mi dedicación a la temática (que registra ya unos treinta años) haya forjado en mí un particular "sentido sobre China", considero apropiado, en pos del rigor académico, abordar este trabajo a partir de una perspectiva teórica más amplia, a los efectos de identificar aquellas notas características en materia de los recursos, los procesos y las dinámicas que inciden en el comportamiento internacional de China. No obstante, la aplicación de la teoría de las Relaciones Internacionales para abordar la política exterior de China (en adelante PECh) no es una tarea sencilla, en virtud de que las dinámicas y los controles propios del sistema internacional que condicionan la política exterior no perdura en el tiempo.