Entonces ni siquiera como se llamaba, pero cruzo con tranquilidad todo el patio y vino directamente hacia mi como si fuésemos amigos de toda la vida. Te llamas sólo Walter o tiene algún otro nombre? Preguntó¿ Porqué? ¿no te parece bien Walter? Solo he pensado que a lo mejor tenias algún apodo, me explico ¡Llámame simplemente súper! ,le dije para que se largara de una vez y dejara de interrogarme. Pero no se molestó, se limitó a sonreír y me dijo. Yo me llamo Berta, Berta a secas, pero me gustaría que me llamaras súper Berta.