El chico de la casa Moscardón fue jefe de pandilla enseguida. Los había mas listo, sin duda, y mas rápido ,pero ninguno me superaba en astucia ni podía conmigo a la hora de liarse a tortazos .Mas de uno de los que se atrevieron a poner en duda mi capacidad de mando, acabo con un labio partido, un ojo morado o un brazo roto. Pronto dejaron de desafiarme. Este ha sido mi destino: la lucha ,la pelea en todo los frentes, también mas allá de la frontera ,porque ,cuando el país se le hizo pequeño, el moscardón voló.